miércoles, 27 de mayo de 2009

"Me presenté de buena fe..."

El texto que presentamos es el testimonio del Dr. en Sociología, Miguel Ángel Beltrán, a su llegada a Colombia. Relata los sucesos ocurridos en México que terminaron en su deportación acusado de ser miembro de las FARC, misma que se enmarca en el inicio de las campañas presidenciales de México; en el contexto de la aprobación del Congreso colombiano de la posibilidad de que Uribe se presente a una tercera elección presidencial consecutiva, cuya base discursiva ha sido "la guerra contra el terrorismo y narcotráfico" y, además, en la persecución del pensamiento crítico a los regímenes dominantes. En este sentido, la UNAM vuelve a ser utilizada maniqueamente por parte de los intereses gobernantes de los dos países, atacando fuentes de pensamiento y acción crítica, y presentandola como "nido de guerrilleros", tal como Uribe lo ha expresado.
En este contexto cabe destacar la persecución por parte de las autoridades judiciales de Ecuador contra Lucía Morett, sobreviviente de la incursión del ejército colombiano en Sucumbíos, Ecuador. En ese bombardeo, donde murieron cuatro estudiantes mexicanos a manos del ejército de Uribe, fue "hallada" la computadora de Raúl Reyes, que es la base de las acusasiones contra Beltrán, pues según fuentes gubernamentales mexicanas, en ella aparece su nombre. Cabe agregar que las autoridades judiciales de Colombia, en entrevista radiofónica con Carmen Aristegui el día martes 26 de mayo de 2009, negaron la existencia de una solicitud de extradición del Dr. Beltrán. Esto no impidió que fuera presentado en su país y en América Latina como "uno de los terroristas más peligrosos de las FARC", violentando sus derechos humanos elementales.
Testimonio de Miguel Ángel Beltrán Villegas sobre su captura en México y posterior deportación a Colombia
Por: Miguel Angel Beltrán Villegas
(Nota: Se reproduce tal y como fue tomado de la fuente)

En ningún momento se me informo de los motivos de mi captura, ni se me informó hacia dónde íbamos. Durante todo el trayecto se me colocó de rodillas con mi rostro pegado al asiento, como cuando un verdugo coloca a su víctima para cortarle la cabeza..“Me presenté de buena fe…
En cuanto me presenté al INM, se me declaró ilegal y se procedió a mi captura en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración, se señaló que no aporté pruebas que respalden mi condición económica (solvencia) lo cual es falso pues en el oficio de trámite está claro (y los anexos lo corroboran), que yo entregué mi certificado de trabajo de la Universidad Nacional de Colombia, debidamente apostillado, así como la comisión de estudios otorgada por la Universidad Nacional (ver oficio del trámite).
Aunque el oficio –de respuesta- del INM está firmado por mí, y eso probaría que tiene mi asentimiento, fui obligado a firmar, se me dijo que si no firmaba, se daba por interrumpido el trámite y seguramente ya no procedería mi solicitud. Insistí en que había información falsa y se me dijo que eso no importaba porque era parte del trámite y de la nueva solicitud que debería hacer (es decir en todo momento se me dio información falsa para coaccionar mi firma). Se me impidió hablar con el abogado a quien no se le permitió ingresar conmigo.
Una vez firmado el oficio una funcionaria del INM me dijo que yo estaba ilegal y en ese momento aparecieron varios hombres que me inmovilizaron. Se acercaron varios funcionarios de inmigración y a empellones y a la fuerza me llevaron por un pasillo hasta una camioneta que estaba estacionada en la puerta del INM. En ningún momento se me informo de los motivos de mi captura, ni se me informó hacia dónde íbamos. Durante todo el trayecto se me colocó de rodillas con mi rostro pegado al asiento, como cuando un verdugo coloca a su víctima para cortarle la cabeza (hago el esquema)
Conductor Cabeza
Cuello Silla trasera
Me cubrieron el rostro con la chamarra o chaqueta que llevaba mientras me presionaban el cuello, lo que me causo lesiones en la región cervical y en los hombros. En varias ocasiones estuve a punto de asfixiarme, pues por la postura que llevaba no podía respirar, fue tal la presión que vomité. En la camioneta iban además de los 2 o 3 guardas de migración, una delegada del INM y un médico, al cual le solicité ayuda porque me sentía ahogado. Tanto la delegada de migración, como el médico fueron indiferentes frente a la tortura y el maltrato que recibí.
Cuando llegamos al aeropuerto (supe que habíamos llegado a este sitio por el ruido cercano de los aviones), siempre esposado y con el rostro cubierto me bajaron a empellones, cruzamos un puesto de migración muy rápidamente y luego me subieron a una avioneta o avión pequeño que estaba aguardando allí.
Mientras se ultimaban detalles del vuelo y se preparaba el despegue, se me mantuvo con las esposas a la espalda, y el rostro cubierto; pude darme cuenta que subían y bajaban personas que me filmaban. Luego del despegue, y transcurridos algunos minutos más, cuando el avión se estabilizó, me cambiaron las esposas para adelante, así viaje todo el tiempo.
En la avioneta viajamos 7 personas. El piloto, el copiloto, un capitán que dirigió la operación, otro señor que estaba vestido de civil, dos guardias del INM, y yo. Cuando la aeronave estaba a punto de aterrizar me pasaron un folio de documentos para que los firmara, querían que los firmara sin leerlos. Me negué, me presionaron pero finalmente les dije que no lo iba a firmar porque ya tenía el antecedente de lo sucedido en el INM y que mucho menos los firmaría si no los leía. Ellos estaban muy interesados en que los firmara. Incluso ya en Colombia le pidieron a los oficiales colombianos que me lo pasaran para que firmara. El folio de documentos está sin mi firma.
Una vez aterrizamos en el aeropuerto militar pregunté a los encargados de la operación que si ya estábamos en Colombia, me respondieron que sí. Entonces dije “si ya estamos en territorio colombiano me asiste el derecho (derecho que ya habían violado) de estar en libertad”. En la lógica de que si la operación era de expulsión del país (de México) ya estaba en Colombia y debía quedar en libertad.
Después de media hora de permanecer en la avioneta llegaron agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS)…”
Miguel A. Beltrán Domingo 23 de mayo de 2009 Calabozos de la DIJIN Bogotá
Fuente:
http://libertadmiguelangelbeltran.blogspot.com/

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